domingo, 17 de marzo de 2019

GESTIÓN DE EMOCIONES. MARÍA SÁNCHEZ CALVO

Charla sobre inteligencia emocional en la familia y la escuela. #PuertasabiertasAsunción2019
Colegio Diocesano Asunción de Nuestra Señora, Primaria. 
Martes, 12 de marzo de 2019. 

Ver vídeo en este enlace: GESTION DE EMOCIONES (12 minutos)

Al terminar la etapa escolar sería ideal que los alumnos, nuestros hijos, tengan: 

- correcta autoestima (querernos) 

- autoimagen (autoconocimiento), 

- socialización (proceso de interacción que resulta de aceptar las pautas de comportamiento social y de adaptarse a ellas) 

Palabras clave a la hora de interactuar: 

- placer
- ‎amor
- ‎autoimagen
- ‎orgullo
- ‎esperanza
- ‎autonomía 

María, al comienzo de la sesión

Si está en el nivel correcto, podremos proyectar esto a los demás. 

1) Tengo confianza en mí mismo

No es bailarles el agua, es decir lo que está bien y lo que está mal. El niño experimenta y tira de la cuerda hasta que puede. Poner límites es de lo más educativo. También a los profesores nos miden. Hay que marcar el terreno para adquirir confianza adecuada. 
La confianza en uno mismo empezar por la confianza en el otro. 

Por otro lado, deben frustrarse. La vida es dura, hay cosas que no salen bien. Es conveniente que puedan caerse: reconocer que hay cosas que cuestan, que no salen... Sí esa tolerancia a la frustración no se ha entrenado, llegará bachillerato y ante el error se produce el abandono. No hay que tirar la toalla, en ese sentido la constancia y esfuerzo serán claves para la vida futura. 

¿Cómo aumentar la confianza en mí mismo? sabiendo que tengo necesidades... No sólo primarias, las hay físicas, afectivas (dar cariño y amor, sí o sí), aprendizaje (fomentarlo, están ávidos de aprender, mostrarles su avance: un año después, ver cómo colorean y cómo han mejorado) y sociales. 

Podrá confiar en sí mismos si les escuchamos. Sabemos lo que piensan en general, pero conviene fijarse en su lenguaje no verbal: si te miran, si no te miran... 

Rabietas: ver vídeo. 

Ofrece seguridad a los niños por medio de rutinas. 

Mantén las promesas.

2) Soy digno de amor. 

Mis padres me lo dicen, me lo recuerdan, me dan un detalle, me abrazan. Para sentirse digno de amor, es necesario haber sido amado. Amor es entregarte día a día. Es respirar, tener paciencia, es llorar, etc. Para ellos el amor es algo visible y palpable. 
Ser digno de amor es: 
- aceptarlo incondicionalmente en, tal cual es, aunque cueste... No cómo me gustaría que fuera, ojo, le quiero con lo bueno y lo malo. 
- ‎Aprender a amar las cualidades. Habrá cosas mejorables y otras que valorar, pero no te vayas a los polos. No etiquetes, porque se la pondrá y no sabremos quitarla: "es que es malísimo". Es un comportamiento, no hay niños malos. "Nunca escuchas" o "SIEMPRE", es mentira. Habrá momentos, pero evitemos las etiquetas. 
- ‎en el plano físico, intelectual, afectivo (todos los niños hacen cosas bien, no puede ser que nunca lo hagan bien, dilo) social. 
- ‎inteligencias múltiples: ¿solo cuenta mates y lengua? Test: https://www.psicologia-online.com/test-de-inteligencias-multiples-4241.html
- ‎El niño aprende a conocerse y amarse gracias a la retroalimentación que recibe de su entorno. Ej. Dándole por válidas sus emociones, dándole a entender que está creciendo y que se hará más hábil conforme sea mayor. 
- ‎como a los adultos, les ocurre que al cansarse se comunica llorando. Es importante reconocerles esto, no pasa nada. Hay que darles tiempo para expresar sus emociones. 
- ‎dejar espacio, que opinen, cómo piensan.
- ‎ayudar a los niños a identificar sus cualidades: que haga pequeñas elecciones, que diga lo que desea, ¿Quieres zanahorias crudas o cocidas), ¿Te parece bonito este dibujo?... 
- ‎ayudar al niño 

3) Estoy bien con los demás. 

Ejemplo:
- Desarrollar la confianza del niño en sus capacidades sociales, que ellos solucionen pequeñas tareas. El niño necesita desarrollar habilidades sociales. Necesita aprender a comunicarse, a pedir ayuda... necesita comunicar lo que piensa y desea, esto es vital. Muchos adultos que no lo hacen sufren en silencio, porque no se muestran tal como son. Eso causa dolor. 
- ‎"No puedo abrocharme..." Respuesta: ¿Has pensado en pedirme ayuda? Favorecer estas opciones. 
- ‎aceptar que los otros niños cojan sus juguetes. 
- ‎tener en cuenta los deseos de los demás. Un poquitín de empatía, aunque sean pelín egocéntrico. 
- ‎necesitan momento de protagonismo. 
- ‎reaccionar a las agresiones de los demás. Decírselo a los compañeros, ensayar en casa: "no se pega". 
- ‎escuchar cuando habla otro. Conviene que aprendan a no obtener respuesta ya. “Es que lo quiero ya...” No pasa nada por esperar. En clase no podemos atender 25 necesidades individuales de golpe. Esperar educa. 

4) Me siento capaz. 

Cuando ves a un niño en apuros, déjale un rato a ver si lo logra. Si se lo hago... La sensación cuando ellos terminan algo es brutal. Ej. Cuando tú subes una montaña... Esa sensación es algo similar a cuando nuestros hijos logran algo que se ha. Propuesto. No dejar que abandonen la tarea. 
Reconocer los éxitos. Hay que decirlo. "Si ves cómo ha hecho Fulanita el dibujo, ...". Les hace sentir orgullosos. 
Evitar comparaciones, no porque sean odiosas... Sino porque querrán construir el modelo de lo que NO son. Es peligroso. 
Animarles a inventar, a innovar. Ej. La bolsa de los besos (han de hacer el sonido y tirarlo al viento y se recogen en una bolsa, de forma imaginaria), disfrutar del tiempo que pasamos con ellos, tirarse al suelo y jugar con ellos. También jugarán solos, pero jugar con ellos es el mayor premio. 
Los niños se sienten orgullosos de asumir responsabilidades: ¿Quién me ayuda con la mesa? ¿Un voluntario? Poco a poco, sorprende cómo se apuntan a hacer cosas, ej. Doblar su ropa, etc. Es parte de su rutina y responsabilidad... Trabajar hábitos poco a poco. Mucha paciencia. 

Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Sin embargo…
en cada vuelo,
en cada vida,
en cada sueño,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.

Madre Teresa de Calcuta