Participando en la primera sesión de la XXVIII escuela de verano de
Cáritas, he escuchado a Pablo D’Ors, sacerdote y escritor, fundador de la
Asociación Amigos del Desierto. Ha dirigido la sesión “Cuidar la interioridad
desde el silencio” dentro del taller “Acompañar en la espiritualidad en tiempos
de tempestad”.
Texto para la reflexión inicial: Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 12, 1-11
Seis días antes de la Pascua, Jesús volvió a Betania, donde estaba Lázaro,
al que había resucitado. Allí le prepararon una cena: Marta servía y Lázaro era
uno de los comensales.
María, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó con la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dijo: “¿Por qué no se vendió este perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?” Dijo esto, no porque se interesaba por los pobres, sino porque era ladrón y, como estaba encargado de la bolsa común, robaba lo que se ponía en ella.
Jesús le respondió: “Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura. A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre”.
Entre tanto, una gran multitud de judíos se enteró de que Jesús estaba allí, y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado. Entonces los sumos sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos se apartaban de ellos y creían en Jesús, a causa de él.
María, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó con la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dijo: “¿Por qué no se vendió este perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?” Dijo esto, no porque se interesaba por los pobres, sino porque era ladrón y, como estaba encargado de la bolsa común, robaba lo que se ponía en ella.
Jesús le respondió: “Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura. A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre”.
Entre tanto, una gran multitud de judíos se enteró de que Jesús estaba allí, y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado. Entonces los sumos sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos se apartaban de ellos y creían en Jesús, a causa de él.
Pregunta para la reflexión (para el voluntariado, para las parroquias, para
las Cáritas):
¿No debería ser lo poético (lo gratuito, lo exagerado) el MOTOR de lo
social y hasta su patrón de funcionamiento?
¿No habría que ungir de perfume a los pobres más que dar bolsas de comida /
pagar alquileres / hacer estadísticas / resolver problemas? i.e. dar (y
recibir) AMOR más que otra cosa.
Parte de su exposición:
Jesús nos resolvió todos los problemas, hizo acciones simbólicas que hablaban
del REINO.
Cáritas no ha de ser subsidiaria del Estado, para solucionar los problemas
del mundo.
Tendremos que preguntarnos qué acciones podemos hacer que resulten poéticas,
expresivas y simbólicas, de nuestra identidad… Dar esperanza, devolver dignidad
más que dar soluciones.
¿Estamos tapando agujeros o dando esperanza?
No se puede negar, aunque la gente lo pretenda. La ESPIRITUALIDAD encarna
lo social, la acción. Hay reflexión que nos lleva a la acción.
El Evangelio es poesía, es gratuito, exagerado… La palabra también cambia
el mundo; y el SILENCIO nos cambia a nosotros.
Ungir a los pobres, lavar los pies… No es tanto solucionar sino devolver la
dignidad. Nos cuesta hacerlo por el ACTIVISMO, la acción ha devorado todo. El problema
de la Iglesia = falta estar con Dios, falta de espiritualidad, contemplar.
Anécdota: Ante la cantidad de pobres que se presentaban a las puertas de la
casa de la Madre Teresa de Calcuta, las hermanas le piden reducir la hora de
oración (adoración ante el Santísimo). Decisión de la Madre Teresa: aumentar
dos horas la oración ante el Señor. De 1 a 2 horas.
Todo lo que se invierta en uno mismo da beneficio, redunda en beneficio
para los demás
AMA AL PRÓJIMO COMO A TI MISMO, alimentar la mente, el espíritu, el cuerpo…
Como a ti mismo.
TURNO DE PREGUNTAS
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La alegría
es el gran signo por el que nos han de reconocer/conocer a los cristianos. Es
fruto, NO virtud a cultivar expresamente. Viene por cultivar la fe, la
esperanza y la caridad. Decía San Francisco de Asís: “habré conocido la
verdadera alegría si me cierran la puerta, si me golpean…”. Quizá no haya que
ser tan radical, pero también por ahí van los tiros.
-
La
alegría nace de empezar a parecerse a lo que Dios ha soñado para cada uno de
nosotros. Nace después de la claridad (Espíritu Santo), la humildad (de saber
quién eres), la paz, el coraje, la fe con vida… es decir, el ser fecundos. De
ahí nace la alegría, de ese proceso. Ej. Cuando da manzanas, el manzano sabe
que está feliz. Cuando somos fecundos, somos felices.
-
A veces
uno no se libra de pensar que es Supermán liberando a los pobres… pero no es
real. Compartir el destino de los pobres es saber y descubrir que el POBRE ERES
TÚ. Tú lo eres también. Yo me cargo el sufrimiento de otros para que sufran
menos, pero ¿el mío? ¿A quién entrego mi propio sufrimiento? La relación ha de
ser horizontal, no vertical.
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En el
texto de Marta y María solemos pensar que Marta es la ACCIÓN y María es
CONTEMPLACIÓN y que en nuestra vida debemos compaginar ambas realidades. Eso lo
decimos nosotros. A mí me gusta más la explicación de mi gran maestro, jesuita
húngaro, Franz Jalics. Él sostiene que Jesús especifica cuál es la mejor parte:
la contemplación. Lo dice claro. “Ha escogido la mejor parte”. Es decir, si tu
corazón está centrado en Cristo, de ahí deriva todo lo demás, sabrás lo que has
de hacer y serás enormemente fecundo.
-
¿Esto
quiere decir que hay que estar todo el día orando? No, pero empieza por
sentarte en silencio 25 minutos a diario, desde ahí el corazón se va colocando
poco a poco en su sitio. Contacta con tu cuerpo, con tu respiración escucha lo
que eres. Conviene incorporar esta práctica, el Espíritu Santo nos cambia. “Tú
preocúpate de Dios y Él se preocupará de ti”.
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“Orar
es tratar a solas con quien sabemos nos ama”, dice Santa Teresa de Ávila. Hay
que hablar y escuchar: contarle y escuchar. Solemos contar mucho y escuchar
poco. La verdadera transformación de la Iglesia pasa por escucharnos primero a
nosotros mismos, no podemos dar escucha si no la recibimos nosotros.
-
Estoy
convencido de que a no mucho tardar se crearán escuelas de SILENCIO en nuestras
parroquias, colegios, etc. Son necesarias. Dios debe estar arraigado en nuestra
experiencia personal.
¿Cómo
ungir a los pobres si ellos solo quieren que les resolvamos el problema? Pues
siendo claros. Tener clara nuestra misión. No somos agentes sociales al uso.
Somos cristianos, nos diferenciamos bastante… Nuestra acción cuenta con otra
impronta. Quizá no lo entiendan en ese momento, pero lo importante es que nosotros
nos lo creamos y lo entendamos. Incluso cuando parece que no hay nada que
hacer, se puede estar, acompañar… Eso no lo podemos dejar de hacer.
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Acciones
simbólicas: estar en un hospital, ante la muerte. O la de Gandhi tomando un poquito
de sal frente al Imperio Británico. Sus ayunos públicos no pasaron
desapercibidos. Recomiendo la lectura de su biografía: Mis experiencias con la
verdad.
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La
creatividad nace si estás en tu centro, el Espíritu te ayudará a encontrar la
fórmula. La Iglesia no está respondiendo creativamente, está haciendo lo que
puede. Falta vivencia del Espíritu.
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Debe
haber encuentros de oración con el rostro sufriente del otro, pero primero a
solas en tu habitación. Luego propón a la persona que tienes en frente.
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Debe
haber tiempos para no hacer nada, para que fluya el amor. Aplícalo en la pareja,
en la comunidad…
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A mí
me pasaba que estaba harto de los enfermos, no estaba preparado para mi labor
como capellán en el hospital. Quería alejarme del mundo del dolor. Si no te
cuidas, te arrastra y te devora. Ora, deja que te acompañen…
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Solo
ves bien al otro cuando ves que es un espejo de ti mismo. Todos somos uno, es
la gran cima, a veces puedes vislumbrarlo.
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Lo
esencial es acción poética y encuentro, más que la presión de dar respuesta a
los problemas de lo que está por venir. Post-covid. Existe presión social clara
para vivir hacia afuera, no hacia dentro. Hay que ir contracorriente. La fe es
contracultural.
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La fe
cristiana comporta una dimensión crítica con las tendencias. Presión inevitable,
pero.. si tú estás convencido profundamente de ello, ya pueden presionarte que
no hay nada como alguien convencido. Poder inimaginable. Más que mirar fuera,
mirar dentro. Trabaja tu CONVENCIMIENTO PERSONAL. Con el Espíritu Santo se
arrambla todo.
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Cada
día peregrina a tu CENTRO, a la roca, no a los vientos que vienen y van.
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El
cristianismo puede ofrecer propuestas de interioridad sólidas y articuladas,
pero necesitamos fiarnos de alguien o de algo; y tener compañeros de camino, que
compartan el horizonte.
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Práctica
de meditación: Este fragmento de vídeo corresponde al final, a un “ejercicio de
atención simbólica al cuerpo y a la mente (no a las ideas, no a la reflexión de
elaborar)” buscando el silencio. Puede que te interese… https://youtu.be/Fqpo7irvo0o