sábado, 5 de marzo de 2016

"YO ELEGÍ PERDONAR"



En el Plan de Acción Tutorial de 4º de E.S.O del Colegio Diocesano Pablo VI, ya es tradicional la tutoría impartida por Pedro Mari Baglietto, cuyo hermano fue asesinado por un terrorista de ETA a quien había salvado la vida cuando era un bebé. Ha inculcado los valores de «no violencia y no venganza» a los alumnos de  4º ESO.


Pedro Mari Baglietto forma parte del proyecto «Educar para la convivencia», que viene desarrollando la Fundación Víctimas del Terrorismo por toda España desde hace más de 12  años, para hacer pedagogía contra la violencia en los colegios: «Voy a empezar por contaros una historia que ocurrió hace muchos años y acabó con el asesinato de mi hermano». Con estas palabras arranca el testimonio de Pedro Mari Baglietto, hermano del concejal de UCD en el Ayuntamiento de Azkoitia Ramón Baglietto, asesinado por ETA el 12 de mayo de 1980. El calvario de su familia es de sobra conocido. Sobre todo desde que el etarra que mató a Ramón, abriera una cristalería junto al portal en el que vivía su víctima y aún vive su viuda, Pilar Elías. Pero su historia está repleta de amargas coincidencias. El destino quiso que el verdugo del edil fuera la misma persona a la que 18 años atrás había salvado la vida.


Pedro Mari habla de aquello como si hubiese ocurrido ayer. «Me he jubilado y doy unas cuarenta conferencias al año. Estoy encantado de poder destinar parte de mi tiempo libre a algo así», asegura. Mantener viva la memoria de su hermano le hace bien. Lo único que le revuelve por dentro es que primero tuvo que ser asesinado. «El mérito es todo suyo», afirma. Esa memoria sigue viva también en el libro que escribió a modo de autobiografía de su hermano, "Un grito de paz", que podemos encontrar en la biblioteca del centro y en el siguiente enlace: Un grito de paz


Pedro Mari reconoce que son muchos los amigos que le preguntan por qué sigue impartiendo charlas. «¿No te resulta demasiado doloroso?», le han comentado en más de una ocasión. Su respuesta es siempre la misma: «Tengo la sensación de que al hablar de él lo resucito un poco y de que estoy haciendo menos inútil su muerte», se sincera.

Pedro Mari habla a los estudiantes de un tal 'Basilio'. Es el nombre ficticio con el que ha 'bautizado' al verdugo de su hermano. «No tengo ninguna intención acusatoria», señala. Si, por una casualidad de la vida, el destino le llevara a cruzarse con el asesino tiene muy claro cuál sería su reacción. «Le agarraría del hombro y le diría: 'Soy el hermano de Ramón, pero tranquilo, no te voy a matar'. Eso es lo que nos diferencia. A la violencia sólo se la puede combatir con la ley, y esa batalla la estamos ganando», sentencia.


La experiencia que acumula a sus espaldas lleva a Baglietto a subrayar la importancia de «canalizar en positivo» la rebeldía de los jóvenes. Un objetivo en el que el papel que desempeña el sistema educativo, aunque no el único, resulta vital. «Cuando te relacionas con los chicos, te das cuenta de que hay quienes están a favor de la pena de muerte. Yo siempre les digo que, entonces, están a favor del asesinato de mi hermano porque a él, como a muchos otros, le condenaron en su día a muerte. Una comparación así hace que le den vueltas a las cosas y las vean desde otra perspectiva», apunta. Varias personas que han asistido a sus charlas aseguran que la empatía entre Pedro Mari y los alumnos es «enorme», hasta el punto de que éste reconoce haberse «emocionado» en más de una ocasión.

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